Mohamed Alí Seineldín, fallecido ayer a los 75 años tras un ataque cardíaco, lideró el último alzamiento carapintada de diciembre de 1990, que causó 13 muertos y por el que fue condenado a reclusión perpetua, pena que cumplió parcialmente hasta el indulto de mayo de 2003. Aunque encabezó los dos motines carapintadas posteriores al de Semana Santa, en 1988 y 1990, protagonistas de aquella época afirman que Seineldín debía liderar también esa primera asonada de abril de 1987, durante la presidencia de Raúl Alfonsín. Bajo presión de los amotinados, fueron sancionadas y promulgadas las leyes de impunidad (punto final y obediencia debida) para los represores de la última dictadura, a las que luego el presidente Carlos Menem sumó los indultos de 1989 a los procesados y de 1990 a los condenados. En su libro "Memoria política: transición a la democracia y derechos humanos" de 2004, Alfonsín dio algunos detalles de reuniones entre Seineldín y Menem que lo convencieron de que entre ellos había una "connivencia" política que desestabilizaba la fase final de su gobierno. En todo caso, el jefe carapintada se consideró pronto traicionado por Menem y encabezó el 3 de diciembre de 1990 el último alzamiento, que dejó 13 muertos y unos 30 heridos. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (organismo que dejó de existir en el 2007, con la derogación del Código de Justicia Militar) lo condenó a reclusión perpetua al considerarlo responsable máximo del motín. Para esa época ocupaba cargos de creciente poder en el Ejército el general Martín Balza (subjefe en 1990-91 y jefe de la fuerza en 1992-99), quien compartía con Seineldín la condición de veterano de la guerra de Malvinas (1982) y acaso nada más. Seineldín cumplió su condena primero en el penal militar de Magdalena y luego en Campo de Mayo. Pasó en total 13 años en prisión, aunque desde mediados de 2002 el Consejo Supremo le concedió salidas laborales de la prisión en Campo de Mayo de 8 horas diarias, de lunes a viernes, para las cuales sus allegados le crearon la agencia de seguridad Fidei, con oficina en el barrio porteño de Flores. En mayo de 2003, el entonces presidente Eduardo Duhalde firmó los indultos de Seineldín y del líder del Movimiento Todos por la Patria (MTP) Enrique Gorriarán Merlo, en lo que para muchos fue una versión más de la "teoría de los dos demonios".
En esporádicas apariciones de los últimos años Seineldín exhibió un discurso místico, como cuando dijo en 2007: "A Malvinas la envió Dios a través de la Providencia". "Yo sé interpretar la señal de Dios. Eso me permite ver que, a 25 años, nadie entendió. El país fue demolido por armas políticas como el indigenismo, el ecumenismo, el ecologismo, la droga, la prostitución y el control de la natalidad", agregó. El ultramontano Partido Popular de la Reconstrucción (PPC) creado en torno a la figura de Seineldín y liderado por otro ex oficial carapintada, Gustavo Breide Obeid, obtuvo algo más de 5.000 votos en las elecciones presidenciales de 2007 y se alineó con la Mesa de Enlace ruralista en el áspero conflicto de 2008 por las retenciones.
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