El presidente Hugo Chávez se autodefinió y sorprendió a todos: "No soy un dictador", dijo el mandatario venezolano tras dar marchas atrás con dos polémicas medidas. Por un lado, la norma que disponía el aumento del IVA, en una economía que sigue sin crecer y tras la reciente devaluación del 65%. Y por el otro, la discutida ley de educación universitaria, resistida por la oposición con el reproche de que busca imponer el modelo cubano en las aulas y elimina su autonomía.
El frenazo del presidente se produjo luego de que hubiese defendido a capa y espada ambas iniciativas contra todo aquel que la criticara, y en la víspera de la jura de los nuevos 67 legisladores de la oposición, que regresó al Parlamento de 165 miembros después de haberse retirado hace cinco años dándole al presidente la posibilidad de contar desde entonces con una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. El mandatario comunicó su decisión a través de la cadena de radio y televisión, según informa el diario Clarín.
El presidente declaró que había “decidido vetar la ley por muchos comentarios” sobre la legislación ahora anulada por parte de sectores oficialistas y opositores, que dejan en evidencia –según aclaró– que tiene “debilidades” en lo político y que “en el aspecto técnico es inaplicable”.
“Yo no voy a ser quien le va a dar luz verde a un conjunto de disposiciones que merecen ser discutidas, como muchos han opinado, con la más amplia libertad de expresión, tanto en las corrientes de oposición política como las revolucionarias”, añadió el mandatario.
Dijo que la ley universitaria vetada “tiene un gran ámbito sólo de ideas y propuestas, pero para la discusión, para un gran debate, no para aprobarla así, de manera quizá un poco apresurada ”. Luego, Chávez declaró: “He estado revisando, oyendo. Este es un gobierno que oye, que reflexiona. Estamos muy lejos de ser eso que dice la oposición: de que yo soy un dictador, un tirano ”. Como antecedente regional a lo sucedido en Venezuela se encuentra la marcha atrás dada en Bolivia por Evo Morales, cuando una serie de furiosas protestas populares lo obligaron a anular un aumento del 80% en el precio de los combustibles durante las últimas fiestas de fin de año.
La ley universitaria venezolana fue sancionada el 23 de diciembre pasado por la Asamblea Nacional saliente, mayoritariamente chavista, de forma acelerada junto a un paquete de otras 20 leyes “socialistas”, entre ellas, una Ley Habilitante que lo faculta a gobernar por decreto durante 18 meses pese a que, desde ahora, deberá contar con una oposición legislativa. La ley fue aprobada a pesar del amplio rechazo de la comunidad universitaria por considerar que la norma eliminaba la autonomía universitaria e imponía “el pensamiento único socialista”.
En la norma ahora retirada, el gobierno tomaba el control de la educación superior al nombrar sus autoridades junto con los trabajadores y estudiantes, y no con los profesores y una representación estudiantil como es ahora. Los profesores perdían su categoría docente y se rebajaban a ser “trabajadores académicos”. Las carreras universitarias tenían que impartir cursillos ideológicos del “socialismo siglo XXI”. El movimiento estudiantil había amenazado con las protestas para calentar las calles si el presidente promulgaba la nueva norma universitaria.
Con relación al IVA, la propuesta era aumentarlo del 12% actual a entre 14 y 16%.
Pero al final decidió congelarlo por este año y 2012, toda vez que es un año electoral. La semana pasada, Chávez había sugerido elevar la tasa fiscal con la idea de recaudar mayores impuestos para atender la emergencia producida por el fuerte temporal que generó inundaciones. Ahora asegura haber encontrado otras soluciones. “El precio del petróleo está en 85 dólares por barril y se acerca a 100 dólares, que es el precio justo. El precio no se derrumbó y logramos aguantar el estremecimiento económico”, aseguró Chávez.
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