Buena parte de los juguetes que ilusionan a los niños tienen que ver con mundos fantásticos, con extraños universos habitados por superhéroes y sus archienemigos, princesas, dinosaurios, guerreros ninjas, alienígenas con seis brazos y un ojo, osos de peluche que razonan y se expresan como personas, autos de carrera que se convierten en robots armados hasta los dientes, por sólo mencionar algunos pocos ejemplos al azar. Y ayer, en Rosario, con motivo del Día del Niño, la ciudad pareció querer ponerse a tono con ese abigarrado e infinito imaginario infantil, porque en distintos barrios, clubes, centros culturales, hospitales, parques y plazas se organizaron actividades para homenajear a los chicos, como para acercar el mundo cotidiano, a veces tan gris y poco imaginativo, a ese otro mundo que ellos habitan. Payasos, espectáculos, juguetes, colores, globos por doquier, música, y hasta una caravana de camiones repartiendo decenas de miles de helados gratis, como imágenes surgidas de los sueños infantiles, pero hechas realidad. Y hasta el tiempo se puso a tono con el festejo. El de ayer fue un domingo soleado, con una temperatura primaveral que por momentos superó los 26 grados, como para disfrutar al aire libre.
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