El futuro económico de Holanda quedó sumido en la incertidumbre luego de que los mayores partidos de la oposición rechazaran apoyar medidas de austeridad que exige Europa, un día después de la caída del gobierno por la negativa de un partido aliado a respaldar el ajuste.El colapso del gobierno conservador dejó al primer ministro Mark Rutte sin otra opción que buscar el apoyo de pequeños partidos para ver si aún puede formar una administración interina con alguna chance de aprobar un ajuste de 15.000 millones de euros para cumplir con las metas de déficit de la Unión Europea (UE).La caída de uno de los gobiernos que más impulsó la disciplina presupuestaria compulsiva dentro de la eurozona acrecentó las dudas en Europa sobre el precio de tanto ajuste, a la luz del rechazo popular y las situaciones límites -una ola de suicidios, por ejemplo- que genera esta política en países del continente.En un agrio debate en el Parlamento en la Haya con reproches y acusaciones mutuas, los partidos a la izquierda del de Rutte dijeron que los ajustes perjudicarán a la economía y al pueblo holandés, mientras aquellos más a la derecha señalaron que las medidas exigidas por Bruselas lesionan la soberanía de la nación.
Al comienzo del debate, Rutte, quien todavía es premier en funciones, hizo un llamado urgente a la colaboración en momentos muy difíciles para el país, que corre el riesgo de perder su preciada calificación crediticia perfecta, AAA.
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