El tren bala a Rosario y Córdoba -la obra de infraestructura emblemática que impulsa la administración kirchnerista- quedó envuelta en una marcada polémica que tiene como protagonistas a dos de las principales figuras del Gobierno.La Jefatura de Gabinete que conduce Sergio Massa y la Secretaría de Transporte que pilotea Ricardo Jaime se trenzaron en un fuerte contrapunto que tiene como eje el financiamiento del cuestionado proyecto del tren de alta velocidad.Al enviar el Presupuesto 2009 al Parlamento, el Jefe de Gabinete señaló que para el próximo año no se habían previsto fondos específicos para las obras del tren bala.Desde la Quinta de Olivos, Massa sostuvo el lunes que todas las partidas presupuestarias del área ferroviaria se destinarán a "mantener y mejorar los servicios" mediante obras de soterramiento, reacondicionamientos y electrificación de líneas urbanas.Según aclaró en ese momento la Jefatura de Gabinete, el hecho de que no figure una cuenta específica en el Presupuesto no implica que el proyecto esté caído, ni que el Gobierno haya desistido de llevarlo adelante.Un día después de conocerse esa novedad y ante los insistentes llamados de los representantes de Veloxia- el consorcio liderado por la francesa Alstom que se adjudicó la ejecución del proyecto-, desde la Secretaría de Transporte salieron al cruce de la Jefatura de la Gabinete y aseguraron que los fondos para las obras si están incorporados en el Presupuesto.
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