"La web 3.0 nos llevará a la internet de las cosas, en donde todas las aplicaciones y los objetos van a tener la potencialidad de interactuar unos con otros. La clave será la interconexión total", disparó el hombre que creo hace más de 30 años los protocolos de comunicación que aún hoy utilizan los sistemas operativos para gestionar el acceso a la red de redes.La proyección les permite a los actuales consumidores de la red ilusionarse con una internet que les concederá el control pleno de sus objetos a distancia, ya sea a través de dispositivos móviles u otras plataformas que el propio desarrollo de la plataforma se encargará de diseñar con el paso de los años.Para ello jugarán un rol esencial los censores, que tendrán la función de monitorear y difundir la información precisa que necesitan los consumidores finales de la red. Por ejemplo, la web 3.0 podría permitir que una persona reciba mensajes de texto en su celular con un reporte de cómo está trabajando el sistema de calefacción que tiene en su hogar. De este modo, este usuario podrá regular qué temperatura desea encontrar en su hogar para cuando deba regresar luego de su jornada laboral.El grado de conectividad de la internet del futuro será tal, que Cerf imagina posible que alguna persona instale un censor en los corchos de los vinos que tiene en su bodega para conocer en tiempo real si el proceso de refrigeración está funcionando adecuadamente y actuar en consecuencia.La web 3.0 permitirá también un acceso inmediato a juegos, películas y canciones a través de los clásicos dispositivos de audio y video que actualmente consumen las familias. Así, la idea de alquilar un DVD o ir al cine para ver el último estreno pasará rápidamente a los recuerdos de la evolución y desarrollo de las sociedades modernas.
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