AÑO DEL BICENTENARIO

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Gogó Andreu: Entrevista

25 de Febrero Nace Jose de San Martin

Su padre es Juan de San Martín y Goméz (nace un 3 de Febrero de 1728). Su madre es Gregoria Matorras del Ser. Sus abuelos paternos son: Andrés de San Martín e Isidora Gómez. Sus abuelos maternos: María del Ser y Domingo Matorras.Juan de San Martín es natural de la provincia de Palencia (España) y llega a Buenos Aires en 1765. Gregoria Matoreras (también nacida en Palencia) viaja al Río de la Plata con su primo Jerónimo. Se conocen. Se casan un 30 de Junio de 1770. Nacen tres hijos: María Elena, Manuel Tadeo, y Juan Fermín Rafael. En 1774 Juan de San Martín es designado teniente gobernador de los pueblos guaraníes.
Pasará cinco años en el pueblo de Yapeyú. Fué fundada un 4 de Febrero por el Padre Pedro Romero en 1627. Significa "el fruto llegado a su tiempo" ( recordemos que los jesuítas fundan 48 pueblos en 42 años, y la mitad desaparece por los ataques de los bandeirantes). A la jurisdicción de Buenos Aires pertenece: San javier, San José, San Carlos, Apóstoles, San Nicolás, San Miguel, La Cruz, Concepción y Yapeyú. (Pronto se convierte en el mayor mercado ganadero, produce alimentos para 30 pueblos). Nace el cuarto hijo, Justo Rufino; y finalmente, el 25 de Febrero de 1778, José Francisco.Pacífico Otero menciona que: "...su escuela fue el propio campo de batalla, viviendo la vida de campamento, el manejo de las armas, los príncipios tácticos, el vencer o burlar a los enemigos, con el espíritu de rígidez y disciplina que lo harían destacarse más tarde en su patria...".Afirma : "Sólo quiero tener leones en mi regimiento".Mitre escribe: "San Martín formó soldado por soldado (...) Sabía gobernar con igual impulso a espadas y voluntades". Llegará San Lorenzo, el Cruce de Los Andes, Chacabuco, Maipú, Cancha Rayada.Rechaza cargos políticos, y honores. Tras Chacabuco entra a Buenos Aires, en la oscuridad de la noche.Pueyrredón le escribe en 1818: "... Usted no quiere grandes festejos, pero es necesario que se conforme a recibir de este pueblo agradecido, las demostraciones de amistad y ternura. Es necesario que entre de día y me anticipe su llegada, para recibirlo con la artillería..."En Lima, rechaza toda pompa y celebración, entra sólo acompañado de su edecán, envuelto en su poncho. Invita a jueces y fiscales a visitar las cárceles, donde los presos morían desesperados, para que los jueces contemplen la trágica realidad. Su administración deja superavit. Se ofrece ponerse a las órdenes de Bolívar. El mismo coce los botones de su ropa. Ordena: "...desde este momento el lujo y las necesidades deben causarnos verguenza." Jamás promete algo que no va a cumplír con exactitud. Su palabra era sagrada. Jefes, oficiales y tropas tienen una fe ciega en sus promesas.Otros escriben: "Nunca se le escapaba una palabra que pudiese humillar el amor propio individual."No olvidemos sus máximas: "amor a la verdad y odio a la mentira; caridad con los pobres; respeto sobre la propiedad ajena; amor por la patria y la libertad..."Cuándo se despide de los peruanos les dice: "Siempre estaré pronto a hacer el último sacrificio por la libertad del país..."Sarmiento lo recuerda: "He pasado con él momentos sublimes que quedaron para siempre grabados en mí espíritu... Animándose en la conversación lo he visto transformarse en ese general joven, que asoma sobre las cúspides de los Andes paseando su mirada sobre el nuevo horizonte abierto de gloria (...) Lo que él ha hecho, nadie o pooquísimos lo han hecho antes que él Su nombre ocupa ya en la opinión de todos los pueblos del mundo un lugar no inferior al de Bolivar, a quien cedió su título de Libertador."Napoleón es un conquistador. San Martín un libertador. Bolívar busca honores. San Martín quiere la libertad de América.Se ha dicho: "... en múltiples ocasiones mostró ser auténticamente modesto, tanto en lo privado como en lo público, desde preferir a su sencilla casaca de coronel de los granaderos a un uniforme más ostentoso, desde comer de pie en la cocina hasta dormir en un catre de campaña"¡Cuantas veces escuchamos su frase: "Divididos seremos esclavos: unidos estoy seguro que los batiremos; hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares, y concluyamos nuestra obra con honor"! Quienes ordenaron el retiro de los granaderos de Yapeyú para un entrenamiento, que podría realizarse en cualquier otro día del año, poco saben de patriotismo, de deponer resentimientos particulares y de honor. Poco saben de representar la voluntad popular. El general San Martín vuelve a enseñarnos cuando dice: "el que se ahoga no repara en lo que se agarra" o cuando afirma: "Para un hombre de virtud, he encontrado dos mil malvados". Humilde, desinteresado, capaz, honesto, patriota, un paradigma a imitar. Es el gran américano. Gracias.
ESCRIBE: PROF. JULIO NORBERTO GUTIERREZ COCITO

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