General Motors se presentará en convocatoria de acreedores a las 8 en los tribunales de Manhattan. Será la bancarrota más importante de la historia corporativa de Estados Unidos, que se convierte así en la principal víctima de la crisis financiera internacional. Su presidente, Fritz Henderson, anunciará despidos y el cierre de catorce plantas y concesionarios en todo el mundo, que no afectará la operación de la Argentina. Se espera que sea un proceso judicial corto de entre seis y 18 meses y que luego surja una nueva empresa más sana. El Estado norteamericano se quedará con aproximadamente el 72,5% de la firma y el resto se repartirá entre los empleados y los acreedores. Por delante queda la reestructuración de u$s 27.500 millones de deuda.El primer paso que dará la administración Obama una vez declarada la convocatoria de acreedores será nombrar a Al Koch como encargado de la reestructuración. Koch es un veterano especialista en estos menesteres, abogado del estudio AlixPartners LLP. Su misión será limpiar la empresa de los activos “basura”. El actual CEO de GM, Fritz Henderson, será removido de su cargo.El Departamento del Tesoro de Estados Unidos planea comprar los activos sanos de la automotriz a cambio de un auxilio financiero adicional de 30.100 millones de dólares. Así, el total de inversión estatal en la compañía ascenderá a 50 mil millones de dólares.
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