En tiempo récord, Mercedes Marcó del Pont, flamante presidenta del Banco Central, encabezó la reunión del directorio donde se aprobó traspasar reservas al Tesoro para el pago de los vencimientos de la deuda externa reclamadas por la presidenta Cristina Kirchner.
Sin el freno de Martín Redrado, el flamante directorio K del BCRA se reunió de urgencia para analizar el nuevo DNU anunciado este lunes por Cristina Kirchner para el pago de deuda externa con reservas y, en un movimiento express, no sólo lo aprobó sino que ya giró parte de los 4.187 millones de dólares a una cuenta del Ministerio de Economía.
Fue el ministro del Interior, Florencio Randazzo, el responsable de informar –en un breve contacto con la prensa tras el discurso presidencial- que el gobierno ya contaba con 4.382 millones de dólares, por lo que cualquier intento de la oposición de frustrarlo sería “abstracto”.
Así las cosas, esa suma -más los más de 2.100 millones del otro decreto para el pago a organismos internacionales-, ya estarían en manos de la Casa Rosada. En total, la cuenta da una cifra similar a la del polémico Fondo del Bicentenario –6.569 millones de dólares-, sistema creado por el ministro de Economía, Amado Boudou –quien faltó al acto en el Congreso-, que finalmente tuvo que ser derogado tras generar dolores de cabeza a los Kirchner.
Según trascendió, el directorio se reunió de urgencia cuando la presidenta se disponía a abrir las sesiones ordinarias en el Congreso.
Tras largas horas de reunión, durante la tarde se aprobó dar trámite al DNU y empezar a girar las reservas reclamadas por el gobierno. Todo, antes que el decreto sea siquiera publicado en el Boletín Oficial.
Tras la derogación del Fondo del Bicentenario, la Casa Rosada dispuso el pago partido de los vencimientos de deuda, todo con las famosas “reservas de libre disponibilidad” del BCRA. Por un lado, se firmó un decreto “simple” que aboca más de 2.100 millones de dólares a compromisos con organismos multilaterales de crédito –fundamentalmente el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)-.
Para eso se basó en la ley que aprobó el Congreso para el pago al Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2005. Al tratarse de una ley, ya no es posible la intervención parlamentaria para evitarlo.
Para pagar el resto –más de 4.300 millones que se vencen este año, principalmente en deuda con privados, como los bonistas- Cristina firmó otro DNU, que toma esa suma también de reservas para pagar deuda. La única diferencia con el DNU 2010 es que esta vez no estuvo Redrado para frenarlo. Por eso, de forma inmediata, el BCRA puso ese enorme caudal de dinero en manos del gobierno.
Según explicó el ex viceministro de Economía Jorge Todesca a Crítica de la Argentina, las “reservas de libre disponibilidad” –término que calificó de “poético” y de tener poco “fundamento económico”- del Central ascienden a 18 mil millones de dólares. Esa es la diferencia entre el total de reservas –unos 48 mil millones de dólares- y la base monetaria circulante –30 mil millones, aproximadamente-.
Este DNU deberá ser refrendado por la Comisión Bicameral de seguimiento que funciona en el Congreso. Por lo pronto, desde el bloque que preside Martín Sabbatella, enviaron un comunicado de prensa donde el ex intendente de Morón confirma que apoyarán la nueva estructura de pago del kirchnerismo. El bloque de Nuevo Encuentro –de cinco diputados- ya venía dando su apoyo al Fondo del Bicentenario.
Las dudas quedaron planteadas, en cambio, en cuál será el destino de las partidas del Presupuesto 2010 –“unos 25 millones de pesos”, según fuentes parlamentarias- que estaban dispuestas para el pago de deuda externa, si finalmente estos pagos se hacen con reservas del BCRA.
Desde el bloque de Sabbatella, adelantaron a este medio, que pedirán que se destinen a engrosar la Asignación Universal por Hijo, pasando de los 180 pesos actuales a casi 300, y que esta asignación se haga por ley, no por decreto como funciona actualmente.
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