AÑO DEL BICENTENARIO

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Gogó Andreu: Entrevista

Cuando se cierran las puertas a la comunicación con los otros


Falta de habla, habla afectada, actuar como sordo, no dejarse abrazar, conducta retraída, resistencia a cambios de rutinas y extrema angustia sin razón aparente son algunos de los signos y síntomas del autismo. Un trastorno cuya causa no está del todo clara y que se caracteriza principalmente por alteraciones en las relaciones sociales, la comunicación y el lenguaje. En los últimos años se han dado avances y retrocesos en cuanto a su abordaje. Entre las “luces” está que ahora se diagnostica más temprano y hay más y mejores herramientas para tratarlo; y entre las “sombras” sigue vigente la necesidad de mejorar la integración escolar y social de estos chicos.

Con la intención de hacer un balance sobre la problemática del autismo y en ocasión del reciente día mundial, La Capital consultó a la fonoaudióloga Berenice Luque, jefa de El Angel, servicio interdisciplinario para la atención de niños con autismo del Hospital Provincial de Niños Zona Norte. “Actualmente se evidencia un preocupante aumento de casos de este severo trastorno del desarrollo humano en la población infantil, ya que 6 de cada 1000 niños menores de 10 años lo padecen. Pero al mismo tiempo mejoró el diagnóstico temprano y se conoce más sobre el tema”, dice Luque. En el servicio El Angel están recibiendo más niños con autismo, en especial varones, ya que la incidencia es mayor en ellos.

Hoy también se conoce más acerca de las características con que se manifiesta el autismo. Entre otras, presentan alteraciones en las relaciones sociales, comunicación y lenguaje, imaginación, juego e imitación, y anticipación y flexibilidad. Algunas señales que pueden indicar la presencia del trastorno son los caprichos, berrinches, falta de sueño y ausencia de lenguaje, entre otras (ver aparte). Estas manifestaciones aparecen entre los 12 meses y los 3 años.

“A veces la detección temprana la hacen los padres y no encuentran quien los escuche. Los profesionales piensan que ya va a hablar o que el comportamiento del niño tiene que ver con que es muy sobreprotegido, o que está relacionado con padres ausentes que no le hablan. Cuando en realidad quedo desechado que el origen del autismo sea por culpa de los padres”, agrega Luque. Desde el psicoanálisis se relaciona el trastorno con la crianza de los padres.

La causa del trastorno no está del todo clara, se lo asocia con distintas causas como la genética, hereditaria y neurológica. Más allá de su origen, lo importante para garantizar el desarrollo personal de estos chicos son el diagnóstico temprano y un tratamiento especializado. Actualmente existen nuevas y variadas herramientas de abordaje terapéutico y educativo que contribuyen a mejorar la calidad de vida de los niños y su familia.

En el servicio que funciona en el Hospital de Niños Zona Norte el abordaje es interdisciplinario e intervienen profesionales del área de la psicología, fonoaudiología, musicoterapia y pedagogía.

Para la titular de este servicio, las personas con autismo pueden mejorar gracias a los avances en el abordaje terapéutico-educativo de los últimos años. “Pueden acceder a formas más equilibradas y placenteras, más complejas, abiertas, flexibles y significativas de la experiencia humana”, dice la profesional.

A pesar de los avances en el tratamiento, Luque reconoció que todavía se dan casos de chicos que llegan a la consulta en forma tardía.

Integración. Una de las “sombras” del autismo son las dificultades que aparecen para la integración escolar. “Está costando mucho porque son chicos con trastornos en las relaciones sociales, en la conducta, tienen berrinches severos y hasta agresiones. No son muchos los que pueden ser integrados en una escuela común y a los que sí pueden las escuelas no los reciben. Necesitan ser acompañados por un acompañante pedagógico, un acompañante terapéutico, docente especial o maestro integrador”, agrega Luque.

La integración social también resulta a veces un problema. Según cuenta Luque, las madres van por la calle y todos se dan vuelta a mirarlas porque su hijo tiene un berrinche, y creen que los padres los malcrían o son chicos caprichosos. “La gente no se da cuenta de que tienen un trastorno porque son chicos que físicamente no tienen un rasgo distinto. Son chicos difíciles, que se portan mal, se tiran al piso, gritan. Los padres muchas veces se sienten discriminados por la sociedad, y se encierran o aislan”, agrega.

Con el fin de que los chicos y sus familias tengan una mejor calidad de vida es necesario avanzar en los puntos flojos de la problemática. En palabras de Angel Rivière, “es autista aquella persona a la que algún accidente de la naturaleza (genético, metabólico infeccioso, etcétera) ha prohibido el accceso intersubjetivo al mundo interno de las otras personas, aquella para la cuál los otros y probablemente el sí mismo son puertas cerradas”.

2 comentarios:

Delphos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Delphos dijo...

Hola soy cubano tengo 22 años y hace un par de años sali del servicio militar con nefastas experiencias, a traves de mi blog personal estoy escribiendo y contando una historia que ya tiene varios capituslos encedio a traves del servicio militar, los invito a que le den una ojeada.


http://delphosfriki.blogspot.com/

Saludos

Aquaman

El Sorprendente Hombre Araña