Mattin Sarasola, Igor Portu y Mikel San Sebastián se enfrentan a 900 años de prisión cada uno, solicitados por la fiscalía por los asesinatos de los ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, que dormían en sendos vehículos en la Terminal 4 (T4), además del delito de estragos terroristas y 41 intentos de asesinato, igual al número de personas que resultaron heridas en la explosión.
El juicio comenzó con los interrogatorios a los presuntos autores del atentado que se acogieron a su derecho de no responder a ninguna de las preguntas realizadas por las acusaciones, tras alegar haber sufrido torturas, y calificar de "fascista" al tribunal que los juzga, según la agencia de noticias Europa Press.
La fiscalía solicita también que los acusados indemnicen con 500.000 euros a cada una de las familias de los muertos.
Portu y Sarasola fueron detenidos en enero 2008 en el País Vasco, mientras la detención de San Sebastián se produjo en febrero de ese mismo año en Francia.
La tregua decretada por ETA en marzo de 2006 había dado paso a un controvertido proceso de diálogo entre la organización separatista vasca armada y el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando los tres acusados hicieron presuntamente estallar la mañana del 30 de diciembre una furgoneta cargada de explosivos en el aparcamiento de la T4.
Tras del atentado, Zapatero dio de inmediato por terminado el diálogo con ETA, organización a la que se responsabiliza, en más de 40 años de existencia, de matar a más de 800 personas en su intento de conseguir así la independencia del País Vasco del resto de España.
En la causa que ayer se comenzó a juzgar en la Audiencia Nacional española está también procesado el que en el momento del atentado era el presunto jefe militar de ETA, Mikel Garikoitz Aspiazu, alias "Txeroki".
Garikoitz fue detenido en Francia en noviembre de 2008, y allí permanece a la espera de ser juzgado para ser entregado a España, donde es acusado entre otros delitos, de ordenar el atentado contra la terminal 4.
El juicio comenzó con los interrogatorios a los presuntos autores del atentado que se acogieron a su derecho de no responder a ninguna de las preguntas realizadas por las acusaciones, tras alegar haber sufrido torturas, y calificar de "fascista" al tribunal que los juzga, según la agencia de noticias Europa Press.
La fiscalía solicita también que los acusados indemnicen con 500.000 euros a cada una de las familias de los muertos.
Portu y Sarasola fueron detenidos en enero 2008 en el País Vasco, mientras la detención de San Sebastián se produjo en febrero de ese mismo año en Francia.
La tregua decretada por ETA en marzo de 2006 había dado paso a un controvertido proceso de diálogo entre la organización separatista vasca armada y el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando los tres acusados hicieron presuntamente estallar la mañana del 30 de diciembre una furgoneta cargada de explosivos en el aparcamiento de la T4.
Tras del atentado, Zapatero dio de inmediato por terminado el diálogo con ETA, organización a la que se responsabiliza, en más de 40 años de existencia, de matar a más de 800 personas en su intento de conseguir así la independencia del País Vasco del resto de España.
En la causa que ayer se comenzó a juzgar en la Audiencia Nacional española está también procesado el que en el momento del atentado era el presunto jefe militar de ETA, Mikel Garikoitz Aspiazu, alias "Txeroki".
Garikoitz fue detenido en Francia en noviembre de 2008, y allí permanece a la espera de ser juzgado para ser entregado a España, donde es acusado entre otros delitos, de ordenar el atentado contra la terminal 4.
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