Gogó Andreu: Entrevista
"Nos queda el sabor de haberlo dado todo", afirmó el cardiólogo Claudio Burgos
El jefe del equipo médico que trasplantó a Sandro sostuvo que "estamos tristes porque perdimos esta batalla, pero queda el sabor de haber dado todo". Por su parte, el cardiólogo Luis De la Fuente, quien lo atendía en Buenos Aires, consideró que el astro "estuvo en las mejores manos y muy cerca de andar bien”.Por su parte, el cardiólogo Sergio Perrone destacó el trabajo de todo el equipo médico y explicó que el trasplante fue la única opción: "Era esto o esperar que falleciera, no había plan B, sabíamos que no iba a ser fácil". Perrone subrayó el arrepentimiento de Sandro por haber fumado durante tantos años y sostuvo que "cuando firmaba los autógrafos en una foto en la que aparecía fumando, tachaba el cigarrillo porque decía que estaba pagando las consecuencias por fumar". Ambos facultativos hicieron hincapié en la fuerza de voluntad del cantante. "Cualquier paciente internado tiene altibajos pero él siempre ponía ganas, por eso, cuando el domingo al mediodía no quiso comer y cada vez que daba una señal de este tipo quería decir que algo complicado se venía", graficó Perrone. "Sandro era un ser humano excepcional, carismático, que ponía ganas para vivir, una persona muy querible, todo el mundo se encariñó muchísimo con él", redondeó Burgos.Por su parte, el cardiólogo intervencionista Luis De la Fuente, quien supo atender a Sandro, consideró que "estuvo en las mejores manos y muy cerca de andar bien” pero sostuvo que "su problema fueron los pulmones”. "Fue verdaderamente lamentable cómo terminó todo porque Sandro estuvo muy cerca de andar bien ya que soportó el trasplante, que fue la intervención más trascendente de todas las que se le efectuaron”, apuntó De la Fuente en diálogo con Télam. Didáctico y claro, el médico sostuvo que "este tipo de intervenciones implican un riesgo muy grande por la posibilidad de que el paciente rechace los órganos, pero al bajar la inmunidad para evitar el rechazo se corre el riesgo de una infección, que fue lo que finalmente ocurrió”. El Jefe de Cardiología del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT) consideró que "el problema” del popular cantante "fueron sus pulmones, ya que prácticamente no tenía capacidad pulmonar”. De la Fuente, máximo exponente de la cardiología intervencionista argentina que en diciembre de 2002 le practicó a Sandro un cateterismo coronario, recordó que "hace unos años le hice un chequeo cardiológico con miras a que en algún momento tuviera que someterse a un trasplante”. Gracias al trato personal con el cantautor, el médico definió a Sandro como a "un hombre tan bueno, tan humilde, tan modesto y tan alegre”. "Roberto -insistió- era un excelente paciente, bromista y muy querido por todo el personal porque siempre era un gusto estar con él”. En el mismo sentido, De la Fuente añadió que Sandro "se hacía amigo de todo el mundo y era muy optimista, siempre iba para adelante. La verdad es que nos reconfortaba más él a nosotros que nosotros a él”. El profesional aprovechó la entrevista para defender enfáticamente la práctica del trasplante como "una opción válida capaz de resolver lo que ya no puede encararse de otro modo”. A partir de la notable experiencia personal y médica que compartió con René Favaloro desde 1980, resaltó que "el trasplante está aceptado en la comunidad médica como una última opción”. "Aunque continúa no siendo fácil conseguir donantes, el tomar conciencia del valor de los trasplantes nos va a permitir ayudar cada vez a mayor cantidad de pacientes”, redondeó el médico que junto a Favaloro encabezó, en 1989, el primer trasplante de corazón-pulmón a una persona que todavía vive y se encuentra bien.
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