
El regreso se produjo pasado el mediodía. Y conmocionó a los empleados del aeropuerto, que ya extrañaban su presencia. "Dijo que no le gustaba estar encerrado", contó uno de ellos, en declaraciones al diario mexicano Reforma. "Aquí hizo amigos, yo creo que le gusta estar", dijo a su turno Martha, también trabajadora.
Hiroshi, de 40 años, había abandonado el aeropuerto hace dos semanas, para instalarse en la casa de una mujer que le ofreció hospedaje. Según los vecinos, pasó la mayor parte del tiempo recluido en la vivienda, ubicada en Colonia del Valle, en el sur del DF.
Su llegada a México se produjo el 2 de septiembre pasado, como parte de una escala hacia Brasil. Sin embargo, y sin dar mayores explicaciones sobre sus razones (más tarde confesó que ni él las conocía), decidió quedarse en tierras aztecas. Durante su primera estadía en el aeropuerto, sólo salió para visitar el estadio Azteca.
El caso de Hiroshi –similar a la historia interpretada por Tom Hanks en la película "La terminal"- cobró notoriedad pública en noviembre pasado, cuando fue difundido a través de los principales medios mexicanos. Así, el turista se convirtió en un atractivo más para los miles de turistas que desfilan diariamente por la terminal, quines le tomaban fotos, le regalaban comida y le pedían autógrafos.
El japonés llegó a México con una visa de turista por 180 días, por lo que su estancia en esas tierras, por el momento, es completamente legal. Vencido el plazo, deberá regresar a su país y, según afirma, ya tiene pasaje de vuelta.
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