El fin de semana se vistió de remeras coloridas, banderas, zapatillas de lona y se pobló de mucha música gracias a la tercera edición del Quilmes Rock, en el hipódromo del Parque Independencia. Unas 30 mi personas en total se dieron cita en el predio, y la diferencia fue muy marcada entre el viernes, al que fueron 10 mil personas (ver aparte) y el público de ayer.
Es que Rosario sigue siendo una ciudad sobre todo futbolera y tras el clásico, Newell’s y Central jugaban el viernes y muchos decidieron ver a sus equipos, en vez de sufrir el calor del parque.
A las 16.45 de ayer Purple House comenzó la tarde a puro hip - hop con un inesperado final: debido al mal tiempo, acortaron 5 minutos de cada show, espacio que Pabliko, voz del grupo, esperaba utilizar para presentar el corte de difusión de su nuevo disco, Clase. “Me hubieran avisado y sacaba un tema, es una lástima que se manejen así”, expresó Pabliko a El Ciudadano.
Por su parte, Vudú dio un breve pero intenso set rockero que abrió con “Vino blanco” y cerró con “El viaje”, además de temas como “Blues del wincofón”, entre otros clásicos. Hasta las 17.30, cuando terminó el concierto, había muy poca gente, entre ellos varios seguidores que vestían remeras con el nombre de la banda. Sería bueno que en una próxima edición el grupo que tiene a Ike Parodi en la voz pueda integrar la programación del festival en un horario mayor.
Los Vándalos también hicieron de las suyas. Popono Romero pidió a gritos que lloviera, factor climático que ya los había acompañado en otra edición del Quilmes. Clásicos como “Tu principito” y “Tonight” sonaron en una tarde cada vez más gris. “Con alegría, che!” fue el “grito de guerra” de Romero y su banda, que minutos después tuvo que salir corriendo a otro concierto que tenían en un encuentro de motoqueros. “Esto es el rock, hay que laburar”, expresó Popono a este medio mientras comía el último sandwich en el sector Vip.
La oferta del festival de la cerveza se puso mucho más candente y filosa cuando Bulldog subió a escena. Los chicos hace rato que vienen mostrando su música en Buenos Aires y el exterior y eso se nota a la hora de montar un show. A lo largo de cuarenta y cinco minutos mostraron un rock muy aguerrido que incluyó canciones como “Otra vez” y “Fatal destino”.
Ya en la recta final del encuentro, y con la lluvia presente entre las casi 20 mil personas en el lugar, Las Pelotas desplegó canciones de su último disco, Basta, y otras ya conocidas como “Esperando el milagro”, “Será”, “Cómo se curan las heridas” y “Capitán América”, ésta última, según exclamó Daffunchio: “Para celebrar la victoria de Obama en Estados Unidos”.
A las 21.45 comenzó el show más esperado de la jornada, el de los Piojos. Si bien muchos rockeros de ley critican el estilo comercial de la música de Andrés Ciro Martínez y compañía, hay que reconocer que más allá de todo pronóstico, saben perfectamente cómo montar un buen show y que la gente salga enloquecida, siempre con ganas de escuchar un tema más.
Tras una presentación en la pantalla gigante en forma de pirámide que tenían los músicos en el fondo del escenario, Los Piojos iniciaron el show con “Babilonia” y siguieron con “Desde lejos nos se ve” y “Civilización”. Frente a decenas de banderas gigantes, que mostraban el símbolo “piojoso” y el lugar de procedencia de los fans presentes (muchos de la provincia de Buenos Aires), la banda estrella del sábado también fue vista por los jugadores leprosos Ariel Pepi Zapata y Diego Torres, confesos admiradores del grupo, aunque Torres estaba más interesado en conocer a las promotoras del Vip. Más tarde se pudieron escuchar “Muy despacito”, “Maradó” (“a quien vamos a desearle mucha suerte en este nueva etapa”, señaló Martínez) y “Como Alí”. Al cierre de esta edición la banda seguía tocando y la lluvia comenzaba a tomar más protagonismo, pero los fieles “piojosos” seguían al pie del cañón, dejando cuerdas vocales y el alma por sus músicos favoritos. Misión cumplida, pasó otra fiesta del rock por la ciudad.
Mucho calor, gaseosas y versiones
Las pocas personas que se dieron cita el viernes desde temprano en el hipódromo padecieron las altas temperaturas, pero a medida que las bandas iban pasando por el escenario la gente se animó a saltar y gastar un poco más de energía. La llegada del atardecer ayudó a pasarla un poco mejor y las botellas de agua y vasos de gaseosa dieron vueltas sin parar, y esta vez hubo cerveza en el sector VIP, a diferencia de las ediciones anteriores.
Tanto Guasones como la Mancha de Rolando repasaron sus mejores canciones y se animaron a versiones de “Alta suciedad”, de Andrés Calamaro, que interpretaron los de la Mancha, para luego cerrar con un nunca más que oportuno “Arde la ciudad”. Por su parte Austria y Rosario Smowing habían mostrado, a partir de las 16.30, el costado local del rock y del swing a un público en su gran mayoría integrado por adolescentes, porque los mayores de treinta y cuarenta llegaron pasadas las 22, para el concierto de la Bersuit.
La Vela puerca también dio un muy buen show haciendo gala de su rock a la uruguaya con canciones como “El señor”, “Mi semilla” y “El viejo”, con sus trompetas a full. Mientras tanto, algunos integrantes de Las Pelotas, como Germán Daffunchio y Gabriela Martínez, los miraban desde el VIP.
El final del viernes tuvo a la banda del pelado Cordera interpretando canciones como “Qué pasó?”, “Espíritu de esta selva” y “Laten Bolas”, canción con la que el Hipódromo quedó sin aire. Después aparecieron clásicos como “Porno star”, “La argentinidad al palo”, “La bolsa” y “Se viene (el estallido)”, entre otros.
El Ciudadano.Net
No hay comentarios:
Publicar un comentario