El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Ricardo Lewandowski, fue contundente: "Tengo la grata satisfacción de anunciar el éxito de nuestro sistema electoral, con tecnología genuinamente brasileña".Según él, en 2004 fue posible anunciar el vencedor a las 23 y en 2006 a las 21.30. "En estas elecciones, hemos batido el récord mundial: 20.04”.El voto electrónico permitió que los más de 190 millones de habitantes de Brasil pudieran conocer quién sería su nuevo presidente, a sólo dos horas de cerrar el ballottage.Al igual que en la primera vuelta, el voto electrónico permitió contabilizar los más de 135 millones de votos emitidos hoy, donde Dilma Rousseff se alzó con la victoria.Un punto que no pasa inadvertido se relaciona con que no se produjeron denuncias de fraude en Brasil, una constante en el resto de los países de la región en donde aún se emplea el conteo a mano, voto a voto, en cada elección.
En la Argentina, luego de ese conteo, los presidentes de mesa deben enviar un telegrama al Correo Central, que muchas veces sufre demoras o jamás llega.Las urnas electrónicas de Brasil fueron sometidas a numerosas y rigurosas pruebas de seguridad: el gobierno de Lula desafió a hackers a encontrarles fallas en noviembre de 2009. Y aunque se ofrecieron u$s2.900 de recompensa, ninguno logró vulnerarlas.
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