En el juicio que se sigue en Miami por la valija de Antonini Wilson, el fiscal Thomas Mulvihill lo dijo sin pelos en la lengua.
“Imagínense a un gobierno extranjero tratando de influir en la elección de otro gobierno”, señaló.
“Cristina, en ese momento, esposa del entonces presidente Kirchner, estaba aspirando a la Presidencia”, agregó el fiscal, que volvió a repetir su concepto: “Un gobierno extranjero tratando de influir en elecciones de otro país, donando dinero para la campaña de un candidato”.
Aunque, segundos después, Mulvihill aclaró que no pretendía juzgar esa situación: “En Estados Unidos también tenemos escándalos. Sus países no son tan distintos al nuestro”.
De esa forma, en el último día de audiencias en los tribunales de Miami, por primera vez, la fiscalía aseguró que los U$S 800.000 confiscados en Aeroparque iban destinados a la campaña kirchnerista.
Si bien Mulvihill ya lo había mencionado en varias oportunidades, esa aseveración siempre se les adjudicó a declaraciones de los implicados en el caso; ayer, esos dichos, corrieron por su cuenta.
Luego de ocho semanas de audiencias en la Corte Federal del Estado de La Florida, el jueves se empezaron a escuchar los alegatos finales que terminaron ayer, cerca del mediodía.
Las dos partes pusieron todas las cartas sobre la mesa, en casi diez horas de exposición.
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